Mi querido liver realmente me has convencido, estoy de acuerdo con tu obstinación, que se mueran los pobres, si, pero los pobres de espíritu, esos que constreñidos por el síndrome de Peter Pan se resisten a crecer, doblegados ante el su ídolo, el becerro de oro, rinden culto al poder y al dinero, necesitan un automóvil caro para sentirse humanos, pobrecitos, y no comprenden que la verdadera riqueza humana es su inteligencia, el razonamiento es lo que nos separa de la bestia, mejor cultiva tu mente. Te voy a dar la clave para exterminar a los pobres de espíritu: la educación. Trátalos con amabilidad, con cortesía y su prepotencia se vera reducida al ridículo. atte.: adelita
