Interesante tema.
Primero que nada quiero hacer una aclaración muy personal y que puede no aplicar a otros jugadores pero, siempre se me ha hecho más complicado empatar un juego (jugando obviamente) que ganarlo... o perderlo. Desde este punto de vista se construye mi opinión.
Muchas veces he estado en torneos donde, generalmente en la final, uno de los contendientes requiere sólo de medio punto para hacerce con el torneo y el premio que ofrecen (obviamente, perder el juego supone perder la competencia) y continuar jugando presenta el riesgo de que el contrincante se imponga y gane la partida.
Bajo esas circunstancias, para el sujeto que requiere sólo de medio punto le resulta más sencillo proponer unas tablas... y lo hace. Pero muchas veces, requieren de ofrecer algo a cambio de ese favor lo que pueden ser cosas muy variadas pero suelen ser fracciones del premio del primer lugar (por supuesto, el contrincante recibe íntegro su premio de segundo lugar).
Hasta este punto ya está planteada la cuestión, el primero de los jugadores ya está actuando de una manera moralmente mala al proponer el acuerdo pero... No está actuando del mismo modo el segundo jugador de aceptar el trato?
A lo que quiero llegar es que muchas veces es cosa de dos, en el aspecto de las tablas, el faltarle el respeto a tan hermoso juego como lo es el ajedrez.
Bien, me despido de todos ustedes con este razonamiento. Nos vemos.